1- Añadir 50 g de sal por litro de agua.
2- Echar las gambas cuando el agua esté hirviendo y verás como se van al fondo; cuando vuelvan a subir, estarán cocidas; retíralas enseguida y ponlas en agua con hielo para cortar la cocción.
Este contraste de calor/frío hace que la piel se separe y sea más fácil pelarlas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario